Protege tu corazón. Llénalo solamente de cosas positivas y buenas porque es como una caja fuerte donde se guarda solamente lo más preciado y valioso. No lo llenes de la basura del resentimiento y dolor que limitarán los frutos de tu existencia.
El Señor toca nuestros corazones, transforma, cambia y renueva si le permitimos hacerlo.
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